viernes, 21 de octubre de 2011

Pablo Moyano: “A los de La Cámpora en los setenta se los comían crudos”

Por Johanna Converti, Melisa Gómez y Fernando Casella

A días de las elecciones, el hijo del titular de la CGT y jefe de Camioneros analiza el rol del sindicalismo frente a un nuevo período del oficialismo. El distanciamiento con la presidenta y el papel de La Cámpora en la lucha por los cargos públicos.

Desde su oficina en el tercer piso del edificio del sindicato de Camioneros, en el barrio de Constitución, Pablo Moyano decide cada uno de los pasos del gremio más poderoso y temido de la Argentina. El 19 de septiembre fue reelegido Secretario Adjunto -número dos detrás de Hugo y líder, en los hechos, del gremio- con el apoyo de más de 70.000 trabajadores. En el estacionamiento del subsuelo, en la planta baja y en cada pasillo, las imágenes de Perón y Evita resumen buena parte de lo que hay que saber sobre la historia del movimiento obrero en el país. Pero en su despacho, donde el camionero en jefe pasa la mayor parte del tiempo, el cuadro más grande de todos es el de su padre.

PM: -Hugo Moyano es mi referente modelo –dice y mira la imagen colgada en la pared-; no hay nadie más con la capacidad, ni gremial ni política, de llenar la cancha de River o de Vélez, ni de meter 500 mil personas en la 9 de Julio. Por eso le inventaron lo de los campos, las cuentas en Suiza, el lavado de dinero y lo de la Triple A, porque se tira contra el poder, contra Clarín y las grandes empresas multinacionales.

- A finales de 2010, la presidente Cristina Fernández se reunió con algunos de los dueños de las empresas con las que ustedes siempre se enfrentaron.
- La presidenta tiene que reunirse con todos los sectores: empresarios, trabajadores e industriales, nadie le puede marcar la agenda. Siempre que no se reúna para sacar leyes en contra de los trabajadores como fue en el menemismo y en la Alianza. El día que asumió Cristina tuvimos un acto grande y Hugo Moyano dijo que ante cualquier medida que los trabajadores vean negativa, nosotros vamos a estar en la vereda de enfrente.

- Desde el 2003 la CGT nunca se opuso al Gobierno. No hizo ningún paro general ni cortes de ruta.
- Hay muchos que se confunden; nosotros, como Camioneros, nunca cortamos una ruta. Hay toda una campaña de los medios para desprestigiar al único que enfrentó al poder. Moyano apoyó la estatización de las AFJP, que fue uno de los mayores negocios que hicieron las privadas; apoyó la estatización de Aerolíneas; paramos Clarín cuando no quería aplicar el convenio de Camioneros a los choferes. Hoy por hoy no podés hacer la misma metodología de hace 10 o 15 años, la realidad del país es otra, la economía es otra.

- Pero muchas de las reivindicaciones que ustedes proponían, como la participación de las ganancias de las empresas o la elevación del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias finalmente no fueron tratadas por los legisladores del kirchnerismo.
- Nosotros vamos a seguir peleando por esas reivindicaciones. Ahora ya tenemos asegurado un premio anual por actividad que está entre 1500 y 3000 pesos. Estamos trabajando por una ley que establezca bonos adicionales que cada organización gremial, según su actividad, puede exigir a la empresa a fin de año. Además están las paritarias, que se firman de un año a otro, y que en nuestro caso se acordaron en el 24 por ciento. Tenemos diecisiete actividades de diversos ramas y todos los días les damos distintos adicionales. La reivindicación del salario siempre va existir; existió, existe y va a existir, porque los trabajadores siempre vamos a querer un poco más.

- ¿De qué manera afecta la inflación esas reivindicaciones?
- Sabemos que la inflación no es la que dice el Indec, pero tampoco el otro extremo que pretende la oposición, que todo es un caos. Aunque los números no estén claros, sabemos que hay un poco de inflación, pero por eso buscamos bonos que sirvan para equilibrarla.

- En el último tiempo hubo un distanciamiento entre el oficialismo y el sindicalismo. Ustedes desde el principio fueron muy leales con este gobierno, pero no siempre recibieron el mismo trato.
- Camioneros y Moyano fueron el sostén básico que tuvo el Gobierno en la peor época de la crisis del campo. A Moyano no lo llamaba cualquiera, lo llamaba el Pingüino. Creo que más lealtad que la que demostramos nosotros en ese momento no hubo. Pero esto es dinámico, un día sos Gardel y al otro día…

- En las primarias de agosto la Presidente ganó por amplia mayoría, y no necesitó del apoyo de la CGT para imponerse. ¿Eso representa un riesgo para ustedes?
- No, nada más hay que ver el poder que tiene este gremio. Hugo se bancó a los militares; en pleno menemismo teníamos a todos en contra y fue el gremio que más peleó y más marchas hizo en Plaza de Mayo, y todavía más con la Alianza. Los gobiernos pasan, las instituciones y los trabajadores quedan. Nosotros vamos a seguir peleando contra todos los gobiernos que estén en contra de los trabajadores. Por eso hoy somos uno de los gremios con mejores sueldos, los que más respetan: nosotros no nos callamos con nadie. Nosotros apoyamos este modelo, pero somos consecuentes, no obsecuentes.

- Y sin embargo hay nuevos actores que ganaron espacios de poder que reclamaba la CGT, como el caso de La Cámpora.
- La militancia de ahora es de twitter y facebook; a estos chicos en los 70 se los comían crudos. No tienen la militancia que tenemos nosotros. Facundo Moyano, por ejemplo, creó la juventud sindical, la juventud de todos los gremios, eso sí es estar en contacto con los trabajadores. Ellos siempre conocieron a un Moyano bueno; los jóvenes que están ahora, los de La Cámpora, siempre nos conocieron buenos, espero que nunca nos conozcan malos.

- ¿Qué va a pasar con el sindicalismo si ese escenario se profundiza y la presidenta le da prioridad a la gente de La Cámpora?
- Cristina va a estar cuatro años más y después el gobierno se va, pero los gremios quedan. Nosotros, esté Moyano o esté quien esté, vamos a seguir, y ellos van a pasar.

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